lunes, 13 de marzo de 2017

Las fintech, ¿aliadas o enemigas de los bancos?

Como en los últimos artículos que he estado escribiendo, antes de entrar directamente al análisis que quiero tratar, me gustaría definir a qué nos referimos exactamente con “fintech”.

“Fintech”, deriva de la combinación de las palabras en inglés “financial” (finanzas) y “technology” (tecnología) y es usada en la actualidad para referirse a todas aquellas empresas nuevas (startups) que están relacionadas al uso de tecnologías digitales en los servicios y productos financieros o más directamente, bancarios.




Hace algunos días asistí a una charla donde expuso un ejecutivo de uno de los bancos peruanos más grandes, un banco, que como casi todos en la actualidad, está embarcado en un proceso de transformación digital que le permita enfrentar la creciente tendencia hacia la digitalización que sus clientes y usuarios están atravesando. Fue una exposición donde se debatía el papel de las empresas “fintech”, si es que estas eran una amenaza para los bancos tradicionales o más bien eran complementarias o hasta socias de ellos. La conclusión del ejecutivo fue mucho más por el lado de lo segundo, es decir que las “fintech” iban a convertirse en un complemento a los bancos tradicionales para ayudarlos a mejorar sus procesos y servicios, hacerlos más eficientes y con ello brindar un mejor producto a sus clientes.

Aquí es donde yo comienzo a dudar mucho en si eso es lo que el mercado, el consumidor, el ecosistema emprendedor y la sociedad en general realmente esperan de las “fintech”. Puedo entender que para los bancos ese sea el escenario ideal o esperado, pero ¿es eso lo que realmente uno esperaría? Me parece que no. Uno esperaría algo sumamente disruptivo en el mercado financiero, que sea totalmente innovador, en el cual los bancos sientan el golpe, los obligue a ser no solo más eficientes sino a cambiar su modelo de negocio. Uno esperaría el Netflix de los medios audiovisuales, el WhatsApp de los servicios de comunicación, el Uber de los servicios de transporte, el AirBnb de los servicios de alojamiento.

Y me parece que eso es lo que están buscando los innovadores del sector financiero en los principales mercados del mundo. Y es bastante claro que es un proceso complejo y titánico ya que estamos hablando de una industria sumamente fuerte y consolidada, donde enfrentar a los bancos se puede volver en una tarea complicada y la cual requiera de muchos recursos económicos. Además, porque mucho del financiamiento de estas nuevas empresas proviene igualmente de bancos, bancos mayormente tradicionales, por lo que el conflicto de intereses puede generarse en cualquier momento de desarrollo de estas empresas.

La posición de que las “fintech” serán complementarias a los bancos y se convertirán en sus proveedores y los ayudarán a ser más eficientes no solo es cómoda sino que puede llevar a los bancos a equivocar sus estrategias y a no darse cuenta que lo que realmente está en juego en todo esto es el “core” de su negocio. Un banco vende dinero, recolecta dinero del público (excedente) y lo presta a personas y negocios que necesitan capital (escasez) y por ello cobra un precio (interés). Me parece que, independientemente del resto de servicios conexos donde las “fintech” pueden desarrollarse, este “core” es el más susceptible de ser atacado por la disrupción de nuevas empresas innovadoras. Los bancos manejan spreads (diferencial entre la tasa activa y pasiva, es decir la que paga a los depositantes y la que cobra por sus créditos) bastante grandes y que en muchos casos son resultados de ineficiencias, poca competencia, alto riesgo, etc. En países como el Perú, en promedio, el spread bancario en soles está alrededor del 12%. Entonces aquí viene la gran pregunta: ¿es posible que empresas “fintech” puedan ser más eficientes en realizar el “core” del negocio bancario? Estoy seguro que sí, y es por ello que es muy importante incentivar el surgimiento de estas empresas y crear un marco regulatorio que permita el desarrollo de una competencia que debe ser saludable para todo el mercado, pero principalmente para el consumidor final (cliente).

Si para los bancos se trata de mejorar eficiencias y finalmente con ello generar mayores utilidades me parece que van condenados a una disrupción definitiva en el mediano y largo plazo. Si por el contrario esa mejora de eficiencias se traslada al cliente final, a mejorar sus precios (tasas de interés) y comisiones entonces creo que estarán en capacidad de enfrentar mejor esta disrupción.

En países como el Perú el entorno regulatorio es bastante restrictivo y no permite crear un entorno competitivo interesante para que empresas “fintech” puedan desarrollar servicios relacionados al “core” bancario de una manera más agresiva. Por ejemplo en el Perú no se puede hacer “crowdfounding” de manera abierta como lo hace Kickstarter en US que sería un mecanismo ideal para pequeñas nuevas empresas innovadoras y creativas. Es por ello que creo que debería haber un saludable debate sobre el rol que deben jugar entidades reguladoras como la SBS y el BCR, ecosistemas innovadores, universidades y los mismos bancos, para tratar de generar un ecosistema más amigable que tenga como único fin servir mejor y más barato a los usuarios de servicios financieros.

Hay que revisar de cerca el caso del Reino Unido, quizás uno de los países más desarrollados en el tema de “fintech” o casos como el de Brasil o Colombia en Latinoamérica para ver qué es lo que se está haciendo para fomentar un entorno de emprendimiento “fintech” más competitivo e innovador. El gobierno del Reino Unido es un claro ejemplo de cómo convertir al estado en un ente promotor del ecosistema “fintech”. Podemos revisar el documento preparado por Ernst & Young por encargo del HM Treasury (que viene a ser el Ministerio de Economía del Reino Unido) donde se hace relevante el liderazgo del país en el ecosistema “fintech” mundial y como esto ha sido resultado de una regulación “simple, transparente y líder en la industria”. Se puede revisar el documento indicado en este enlace. También podemos revisar un listado de las principales empresas “fintech” en el Reino Unido aquí para darnos una idea de lo que se está creando.




En este gráfico podemos observar como el regulador en el Reino Unido (FCA) propone un entorno de pruebas de nuevos productos y servicios financieros que están exceptuados de las regulaciones estándares. Una especie de laboratorio de pruebas que permita aprender y ver cómo estos productos y servicios son asumidos por el mercado para después proponer cambios regulatorios que sean de aplicación a todos los productos y servicios financieros que se ofertan en el país. Los resultados están a la vista.

Aquí no se trata de liberalizar el mercado a diestra y siniestra, porque hay que ser claro en que el sector financiero necesita regulación y necesita reglas estrictas, pero estas deben tener como objetivo fundamental fomentar la competencia para que esto finalmente termine reflejándose en mayores y mejores servicios al usuario y el consumidor. Pienso, finalmente, que prefiero un ecosistema “fintech” donde los disruptores sean los que generen el cambio en vez de los incumbentes. Las grandes revoluciones innovadoras, ya lo hemos visto antes, vienen casi siempre de los disruptores. Ah, y no nos olvidemos de las grandes tecnológicas: Amazon, Google, Apple, Facebook, porque por allí también puede venir la disrupción de la industria financiera.